No es ningún secreto que la apariencia física puede influir en nuestras percepciones. Y en el caso del vello facial, la barba ha sido asociada con la madurez, la sabiduría y con la autoridad. Por lo tanto, es comprensible que algunas personas puedan percibir a los hombres con barba como más seguros de sí mismos o confiables.
La neurociencia ya confirmó que las sonrisas ayudan a vender más, y ahora un estudio confirma que las barbas también.
Sarah Mittal, de la Universidad St. Edward en Austin, Texas, y David H. Silvera, de la Universidad de Texas en San Antonio, ambas instituciones de Estados Unidos, decidieron examinar el efecto de la barba a la hora de vender. Se midieron varios parámetros considerados claves en el marketing, como son la confiabilidad, probabilidad de ventas, satisfacción del servicio y la experiencia.
El resultado: los vendedores con barba obtuvieron mejores puntuaciones en estos cuatro parámetros que los que no la usaban. Es decir, los clientes confían más en quienes tienen vello facial y sienten una mayor persuasión cuando les ofrecen un producto. Además, se descubrió que criterios como la nacionalidad, nivel de atractivo físico y simpatía no parecían influir más que el hecho de tener o no una barba.
Otro punto que sorprendió en el estudio fue que el llevar bigote no aumentaba la confianza de los clientes en los vendedores, ni tampoco usar las barbas pequeñas tipo “candado”.
El estudio llegó para cuestionar a todas aquellas empresas que prohiben el uso de barba entre sus empleados. Así que si te dedicas a las ventas y en tu empresa no te dejan usar barba, llegó el momento de hacerles llegar este estudio.
Y por cierto, si estás buscando trabajo, estudios similares, han confirmado que una foto con barba en el perfil de LinkedIn puede resultar beneficioso para conseguir empleo en el sector del marketing y ventas.
