El ardor tras el afeitado no tiene por qué ser parte de tu rutina diaria. Con 3 simples cambios en tu preparación y cuidado post-afeitado, puedes disfrutar de un rostro suave y sin irritaciones. Recuerda, tu piel merece tanto cuidado como cualquier otra parte de tu cuerpo, y dedicar un poco más de tiempo y atención a tu rutina de afeitado puede hacer una gran diferencia.
1. Prepara tu piel adecuadamente
La preparación es clave. Antes de acercar la navaja a tu rostro, asegúrate de que tu piel esté bien preparada. Lavarte la cara con agua tibia y un limpiador suave no solo elimina la suciedad y el exceso de grasa, sino que también abre los poros y suaviza el vello facial. Esto facilita un afeitado más apurado y con menos irritación. Si tienes tiempo, afeitarte después de una ducha caliente es ideal, ya que el vapor ayuda a ablandar aún más el vello.
2. Utiliza una buena crema de afeitar
Tanto la crema como el aceite de afeitar están diseñados para crear una barrera protectora entre la navaja y tu piel, reduciendo la fricción y la irritación. Aplica una cantidad generosa y asegúrate de cubrir toda la zona que vas a afeitar.
3. Cuida tu piel después del afeitado
El cuidado no termina cuando terminas de afeitarte. Después de afeitarte, enjuaga tu cara con agua fría para cerrar los poros y reducir la irritación. Luego, seca tu piel suavemente con una toalla limpia, evitando frotar, ya que esto puede agravar cualquier sensibilidad. Aplica un aftershave sin alcohol que contenga ingredientes hidratantes y calmantes. ¿No sabes cuál elegir? Te dejamos la nueva opción favorita de los hombres en Chile.
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