Si bien uno de los principales causantes de la caída del cabello es la genética, lo cierto es que no podemos dejar de considerar lo que comemos, ya que nuestra alimentación podría estar intensificando este problema.
La deficiencia nutricional tiene un impacto directo en el crecimiento del cabello. Según el Dermatology Practical & Conceptual, un menor consumo de proteína podría causar efluvio telógeno agudo, una condición que causa una gran caída del cabello anormal a la natural, tanto en hombres como mujeres.
¿Por qué es importante incluir en tu dieta la vitamina B y D?
La vitamina B es necesaria para producir hemoglobina en la sangre, un proceso fundamental para hacer llegar oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos del cuerpo, incluyendo el cabello. Esta la podemos encontrar en proteínas como el pescado, pollo, carne, huevos y productos lácteos (si eres vegetariano o vegano se recomienda optar por suplementos vitamínicos).
En el caso de la vitamina D, ayuda a absorber el calcio y es indispensable para la salud de la piel y, con ella, de las uñas y el cabello. Se produce cuando la piel se expone directamente al sol. Por eso, los expertos recomiendan incluir en la dieta estos alimentos (o suplementos vitamínicos), y exponerse 15 minutos al sol, por lo menos dos veces a la semana.
¿Y qué alimentos debo evitar?
Los alimentos con exceso de azúcar incrementan la producción de insulina, lo cual afecta directamente a los vasos sanguíneos del cuero cabelludo. Además su consumo dificulta el control del estrés, lo que genera una disminución de los niveles de vitamina B.
El consumo de comida rápida también se ha vinculado con la pérdida de cabello. Un grupo de investigadores de la Universidad Médica y Dental de Tokio (TMDU), en Japón, examinó cómo una dieta rica en grasas afecta el adelgazamiento y la caída del cabello, e incluso descubrieron que la obesidad puede provocar el agotamiento de las células madre del folículo piloso.
Por otra parte, estudios científicos han señalado que consumir carbohidratos simples empeora la pérdida de cabello, esto se debe a que impiden la absorción de nutrientes necesarios para el crecimiento del cabello y, por tanto, afectan y debilitan los folículos.
El alcohol también es uno de los grandes enemigos de tu pelo, y ya te lo hemos contado cuando hablamos de cómo cuidar la piel. La razón de su mala fama: deshidrata el cuerpo, incluido el cuero cabelludo, por lo que tu cabello se resentirá y se volverá más débil y quebradizo.
Por todo esto es importante mantener una dieta balanceada, y recordar que de nuestra alimentación no sólo depende el cabello, sino que la piel y la salud en general. Así que, apuesta por un estilo de vida saludable, y si tienes dudas, te recomendamos consultar con un médico o especialista en nutrición para que te cree una dieta de acuerdo a tus necesidades.
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