Con el objetivo de difundir las bondades de su consumo, en 2009 se estableció en Chile el 6 de agosto como el Día Nacional de la Miel. Un verdadero reconocimiento a este producto cuya producción requiere el trabajo intenso de muchas abejas, y que destaca por sobre otros alimentos por su naturalidad, larga duración, y el sinnúmero de propiedades asociadas.
Pero, ¿por qué es tan importante? La miel contiene lo imprescindible (agua, vitaminas, minerales y enzimas) para proporcionar la energía que necesita el ser humano. De ahí que sea considerada una de las grandes proveedoras de energía natural, gracias a sus elevados niveles de hidratos de carbono y glucosa. Y eso no es todo, ya que es el único edulcorante natural que existe y contiene antioxidantes beneficiosos para las funciones cerebrales…
¿Quiéres saber más? Acá destacamos, y profundizamos en 4 de sus múltiples propiedades.
1.- La miel ayuda a curar heridas e infecciones
Lo dicen los estudios actuales: la miel es un agente terapéutico tópico ideal. Pero lo cierto, es que ya desde la antigüedad egipcios, asirios, chinos, griegos y romanos la utilizaban para tratar heridas.
“Su acción la realiza en todas las etapas del proceso morfofisiológico de reparación logrando acelerar la cicatrización de heridas. El origen floral y ubicación geográfica de la miel son factores importantes a considerar, ya que ésta varía en su composición y, por lo tanto, también su valor medicinal”, explica el estudio titulado ‘El Rol de la Miel en los Procesos Morfofisiológicos de Reparación de Heridas’.
Las propiedades antibacterianas de la miel han sido muy estudiadas y documentadas, siendo el peróxido de hidrógeno descrito como el principal compuesto responsable de la actividad antibacterial de las mieles, y por ende transformándolo en el compuesto químico capaz de reducir la infección, regenerar los tejidos y acelerar la cicatrización de la zona dañada.
2.- La miel favorece la digestión
Se ha comprobado que la miel puede favorecer la actividad del sistema digestivo. Esto, porque ayuda a metabolizar los alimentos, evitando que se produzcan indigestiones estomacales, y aliviando de paso síntomas de estreñimiento.
Pero eso no es todo, ya que las propiedades antisépticas de la miel se extienden e incluso son responsables de un estómago más saludable, ya que ayuda al sistema digestivo a destruir las bacterias que pueden encontrarse en este.
3.- La miel tiene propiedades hidratantes
Conocida como el oro líquido, la miel es ampliamente usada en la cosmética. Así la podemos encontrar en forma de lociones, cremas e incluso jabones. Pero, ¿cuál es su función?
La alta concentración de humedad de la miel, la convierte en uno de los mejores hidratantes naturales, con efecto directo tanto en la piel, como en el cabello.
Dentro de sus funciones específicas se encuentra que limpia la suciedad y las impurezas de la superficie de la piel, sin arrancar las grasas naturales. Equilibra la piel grasa e hidrata la piel seca. Y por si fuera poco, suaviza y nutre la piel en áreas especialmente propensas a asperezas. Por ello es excelente para todo tipo de pieles.
¿Tienes los labios partidos? Extiende una fina capa de miel sobre ellos...
4.- La miel te puede ayudar a recuperar la calidad del sueño
Si has sufrido de problemas para dormir, probablemente algún familiar o incluso un médico te ha recomendado tomar leche caliente con una cucharada de miel antes de ir a dormir. Pero, sabes realmente el porqué de esta recomendación… El azúcar natural presente en la miel puede elevar los niveles de insulina en la sangre, lo que estimula la liberación de serotonina que luego se convierte en melatonina, una hormona vital para la regulación diaria del sueño y vigilia.
Pero además de estimular la relajación nocturna. La melatonina que obtengas gracias a la miel, regulará los ritmos cardíacos, te ayudará a mejorar la inmunidad y facilitará la reconstrucción de los tejidos durante la noche.
¿Y tú, piensas a partir de ahora incluirla en la dieta?